Slow delivery, ser parte de entregas eficientes y sostenibles en hostelería
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Slow delivery, cómo ser parte de entregas eficientes y sostenibles en hostelería


El mercado de comida a domicilio se ha ido consolidando en los últimos años y ha dejado una serie de hábitos de consumo que se mantendrán en el tiempo. De acuerdo con el informe anual de Just Eat, se espera un importante crecimiento en los próximos cinco años, hasta alcanzar los 1.680 millones de euros en 2027 en este sector. Y, según manifiesta AECOC, el 72% de los consumidores pide comida desde casa en un restaurante o mediante una plataforma y el 24% lo hace una vez a la semana, sus motivaciones son permanecer en la comodidad del hogar y la alternativa a tener que cocinar.

Es una realidad que el delivery sea una herramienta utilizada por la mayoría de la población y a su vez ha sido de gran utilidad para que los restaurantes pudieran subsistir durante la pandemia. ¿Pero cuán eficiente y sostenible es el servicio de delivery?

Slow delivery en hostelería

La alimentación sostenible es una clara tendencia en este 2023, los usuarios apuestan por productos o envíos que garanticen un impacto positivo tanto en su salud como en el medio ambiente. La evolución de los hábitos de consumo repercute en la gestión del delivery por ello la denominada tendencia “slow delivery” tiene cada vez más presencia dentro de este mercado.

La etiqueta slow, como estrategia de resistencia y como estilo de vida, se atribuye a Carlo Petrini, activista y crítico gastronómico del diario L’Unità. Su apuesta por la lentitud como categoría, por una alimentación que arrinconase las prisas y apostase por la calidad, salubridad y color local de los alimentos, tuvo una repercusión notable y sentó las fases del movimiento slow.

La base principal del slow delivery es la programación de los pedidos. El usuario es quien decide sobre el grado de urgencia real de su envío, por ejemplo, en la hostelería, el usuario programa el pedido para la cena con anterioridad y solicita que le traigan el pedido dos horas más tarde, de tal manera que los trabajadores puedan organizarlo todo teniendo en cuenta la sostenibilidad como los gastos. Las entregas urgentes e inmediatas no son sostenibles en el tiempo ya que multiplican los costes operativos y tiene un impacto medioambiental altísimo.

El slow delivery no significa que el usuario esperará de manera indefinida su pedido, sino de la implementación de una equilibrada planificación basándose en la optimización de costes como del control de emisiones.

La sostenibilidad es una preocupación que aumenta entre los clientes online y se asienta como una cultura y forma de consumir a la que el sector de la hostelería no es nada ajeno. Y tú, ¿ya eres parte del movimiento slow?

Si necesitas implementar el take away o un servicio de delivery en tu negocio, puedes descargarte la versión completa de nuestra guía forma gratuita aquí.

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